Después de un lento pero comodísimo viaje en tren (4 horas), con la sola compañía del joven ingeniero Nitin en mi compartimento de segunda clase con aire acondicionado, llego a uno de los destinos mas esperados del viaje: Anantapur, el segundo distrito más desertificado y uno de los más pobres de la India.
Alli trabaja la Fundación Vicente Ferrer (aquí se llama Rural Development Trust), con los que colaboro hace muchos años, últimamente también como voluntaria del grupo de Manresa.
La FVF invita a toda persona que lo desee (colaboradora o no) a pasar hasta tres noches en su campus, alojamiento y comida incluidos, conociendo sus diversos proyectos.
Y qué proyectos!: 2.500 trabajadores de la FVF (todos indios excepto Anna Ferrer, viuda de Vicente y leyenda viva de la cooperación para el desarrollo) junto con varios cientos de voluntario/as especializados llegan a más de 3 millones de personas en 3.500 pueblos, castas bajas y grupos tribales, abordando simultaneamente los problemas de Medio Ambiente, Vivienda, Sanidad, Educación, Mujer y Personas discapacitadas. Un mega proyecto que empezó modestamente y que el año que viene cumplirá 50 años de increíble eficacia,
Anantapur es aún más caótica que Bangalore, si cabe, y el corto recorrido en Rickshaw (o tuktuk) hasta el enorme campus de la FVF no es apto para constituciones delicadas, pero al fin llego. Luces de Navidad por todos lados, y preparaciones para el show de fin de Año de la Fundación, en la que alumno/as y trabajadore/as montan sus números antes de cortar la tarta de Año Nuevo.
La recepción es maravillosa, qué calidez y generosidad! Ceno en casa de Lancy, primer niño apadrinado de la FVF y frecuente visitante de Barcelona como portavoz de la organización. La fiesta, divertidísima. Los del Estado Español nos apartamos un momento para tomar las uvas al son de campanadas de olla y cucharón.
Nuestros tres días (hay muchos visitantes, más de 2.000 al año) consisten en continuas visitas a diferentes proyectos de la Fundación: Shangams (o grupos de autoayuda de mujeres), potabilización de agua, escuelas, hospitales, servicios para personas discapacitadas, y lo para mí más importante: visitar a Vinod, mi segundo niño amadrinado, y al shangam al que ayudo.
Y vaya tres días! Entre grandes palizas de coche por la India rural con las simpatiquísimas y supereficientes traductoras de la FVF (hay 60, y muchas de ellas hablan catalán!), experiencias inolvidables con medio pueblo recibiéndonos en cada aldea, risas, canciones, bailes, y peleas de globos… pero sobre todo, emociones a flor de piel y alguna lágrima....
Unos cuantos recuerdos de entre tantos:
-Sólo en el apartado pueblito de Vinod la FVF está construyendo 97 casas donde antes había chozas; hay 130 niños amadrinados, escuela y centro de salud nuevos … Y de lo que están más orgullosos: todos los padres y madres, jornaleros agrícolas de castas bajas, son analfabetos, TODOS, pero sus hijo/as ya no lo serán, tras haber alcanzado el 100% de escolarización de niñas y niños.
Vinod me dijo que piensa ser ingeniero, y si sigue siendo buen estudiante, que parece que lo es, lo conseguirá con la ayuda de toda/os.
-El dinero que las financiadoras aportamos al proyecto “De mujer a mujer” va en parte a la lucha de los shangams contra la violencia de género, matrimonios tempranos, trata de mujeres,… y 4.000 rupias se las llevan ellas mismas para sus proyectos de autoempleo: compra de ganado, tiendas, artesanía…
Pero se les ingresa poco a poco cada mes en su propia cuenta bancaria, y sólo la pueden retirar al cabo de varios años durante los que se han de reunir cada mes para formarse, turnándose en las tareas de liderazgo. Así sus maridos les permiten salir de casa y reunirse con el incentivo del dinero, pero a la que llevan un año juntas ya son una fuerza viva y agentes de cambio, empoderadas, en casa y en el pueblo, y pobre del marido que intente abusar o hacerse con los fondos….
La reunión con Anna fue otro de los momentos mágicos: creo que es mejor comunicadora de lo que era Vicente a pesar de su cerrado acento inglés (del que ella misma se ríe), y de lo mucho que compartió me quedo con el cómo estuvieron sus primeros 25 años trabajando en sólo 200 pueblos, superando sus problemas y errores, adquiriendo experiencia y consolidando equipos de trabajo extraordinarios. Hasta entonces no disponían de fondos propios, sino de subvenciones de grandes ONGs como Plan Internacional. Sólo entonces se atrevieron a crear la Fundación Vicente Ferrer en el Estado Español, y con el enorme prestigio adquirido “explotaron” hasta las cifras de mareo de la actualidad.
Cómo podéis ver, empiezo y no termino con esta inolvidable experiencia. Quien esté interesad@ en conocer más, en su web hay toneladas de información.
Yo me voy con pena, hacia la elegante Mysore, y de allí a la bella e izquierdista Kerala…

Después de leer esta primera parte de tu viaje planetario me dan ganas de salir corriendo y ponerme al lado de todas esas personas para participar en su milagro pero, sobre todo, para aprender a construir.
ResponderEliminarMe emociona ver a Vinod, tan guapo y tan espabilado, lo mismo que las otras niñas y no tan niñas; me recuerdan a mi misma cuando tenía su edad, luchando para poder ir a la Universidad, sueño no compartido por mi familia y al que se oponían. Les deseo a todos mucha suerte y que no pierdan de vista su objetivo para que puedan alcanzarlo.
Desde una Cataluña invadida por la gripe os envío a todos un abrazo muy fuerte y muchos besos.
Mil gracias xata, espero que.te libres de la gripe! Cómo te lo pasarías por aquí!
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