Últimos días en Tokio, antes de la vuelta de Montse y Josep Maria a Barcelona, y mi continuación hacia Canadá.
Y los aprovechamos para hacer dos cosas bien japonesas:
-Refugiarnos de un dia helado de aguanieve en un centro comercial, y abandonarnos a una orgía de consumismo low cost en un enorme Daiso, la célebre cadena de «todo a 100 yens». Superdiver!
-Y al día siguiente, con mejor tiempo, a disfrutar del comienzo del gran ritual japonés de la primavera: el Hamami, o contemplación (y fotografía) de los cerezos en flor.
Templo Sinju ji
Asakusa
Jardín de infancia a la japonesa
Para ello, nos damos una vuelta por el barrio de Asakusa y su templo Sinju-ji, para acercarnos luego al precioso jardín Koishikawa Korakuen, perteneciente a la antigua mansión de un señor feudal del s. XVII. Allí observamos el inicio de la primavera, y las primeras sakuras (flores de cerezo) del año.
En el jardín Koishikawa Korakuen
Y con esto nos despedimos de este increíble país. Gracias a todos sus habitantes, y a Montse, Josep Maria y Masato por su parte en esta gran experiencia! Arigato!
Última foto, luciendo los pijamas de yudoca cortesia del hotel cercano al aeropuerto donde pasamos nuestra última noche. Sayonara!
Y los aprovechamos para hacer dos cosas bien japonesas:
-Refugiarnos de un dia helado de aguanieve en un centro comercial, y abandonarnos a una orgía de consumismo low cost en un enorme Daiso, la célebre cadena de «todo a 100 yens». Superdiver!
-Y al día siguiente, con mejor tiempo, a disfrutar del comienzo del gran ritual japonés de la primavera: el Hamami, o contemplación (y fotografía) de los cerezos en flor.
Templo Sinju ji
Asakusa
Jardín de infancia a la japonesa
Para ello, nos damos una vuelta por el barrio de Asakusa y su templo Sinju-ji, para acercarnos luego al precioso jardín Koishikawa Korakuen, perteneciente a la antigua mansión de un señor feudal del s. XVII. Allí observamos el inicio de la primavera, y las primeras sakuras (flores de cerezo) del año.
En el jardín Koishikawa Korakuen
Y con esto nos despedimos de este increíble país. Gracias a todos sus habitantes, y a Montse, Josep Maria y Masato por su parte en esta gran experiencia! Arigato!
Última foto, luciendo los pijamas de yudoca cortesia del hotel cercano al aeropuerto donde pasamos nuestra última noche. Sayonara!
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