sábado, 10 de febrero de 2018

SIDNEY

Terminada mi estancia en el Norte de Australia, tres horas de vuelo y ya estoy en Sidney (Australia es un continente bien grande).

Ya conozco la ciudad, así que ésta es una pequeña parada antes de salir hacia las Blue Mountains y para visitar a mis amigos Paul y Anne. Conocí a Paul hace años, cruzando los Pirineos a pie en el Camino de Santiago.






De camino a casa de Paul y Anne. Quién diría que está en el centro de Sidney?


Como siempre, me impacta favorablemente la tranquilidad y el espacio de las ciudades australianas, una vez sales de los centros «business». La preciosa casa de mis amigos, toda luz y espacio abierto, está en el centro de la ciudad, pero nadie lo diria viéndola y recorriendo las calles de su barrio, Queens.






La casa es una auténtica exposición de precioso arte aborigen


Por la tarde, Paul y yo nos hacemos el paseo que junto al mar va de la playa de Bronte a la de Bondi. Sidney es toda bahías y playas...







La costa está muy bonita con los colores del final de la tarde y los locales disfrutando de las playas tras su jornada de trabajo o estudio. La enorme y famosísima playa de Bhondi es toda animación, aunque para una barcelonesa esto no es nada. La verdad es que no es nada extraordinaria, pero su ambiente acogedor y de buen vivir rebosa encanto.







Hay muchísima gente joven: surfistas, mochileros,  guapos y guapas echando músculo en los aparatos, haciendo yoga junto a las olas, rodando en las muchas bicicletas municipales gratuitas (que aquí se dejan en cualquier sitio para que cualquiera las coja)...

Terminamos el dia un una cena de «fish and chips» comido con los dedos según la tradicion británica, mientras vemos anochecer en la playa, rodeados de gaviotas implorantes, antes de volver a casa en un corto recorrido en autobús mientras fuegos artificales iluminan el mar.






No hay comentarios:

Publicar un comentario