Tras unos dias estupendos en Jasper, con temperaturas primaverales para estas montañas, regresa de golpe el invierno con una noche de nieve y frío.
A la mañana siguiente he de coger el clásico tren «El Canadiense», el cual atraviesa el país de Toronto a Vancouver durante 4 días y sus noches. Yo sólo recorrere su último tramo: 18 horas de paisajes espectaculares.
El viaje empieza con incidencias: nada menos que 5 horas de retraso! Afortunadamente me avisan por correo electrónico y espero en mi alojamiento y no en la estación. Aparentemente estos retrasos no son raros en los trenes denpasajeros de este país. Canadá tiene muchísimo tráfico de larguísimo s trenes de mercancías y éstos tienen prioridad absoluta ante cualquier desajuste horario. Quién lo diría! Menos mal que no tengo prisa en llegar...
El principal inconveniente del retraso es que salimos casi de noche, por que no puedo disfrutar de todo el rato de paisajes nevados que esperaba. Aún asi, allí están mientras doy cuenta de una opipara cena de salmón salvaje, antes de dormir como un tronco en mi cómoda litera. Me encanta el traqueteo del tren!
El dia amanece soleado, y ya sin nieve más que en las lejanas montañas, atravesamos el verde Canadá rural con sus bonitas granjas y pueblos de madera de colores, hasta divisar los primeros rascacielos del centro comercial de Vancouver.
A la mañana siguiente he de coger el clásico tren «El Canadiense», el cual atraviesa el país de Toronto a Vancouver durante 4 días y sus noches. Yo sólo recorrere su último tramo: 18 horas de paisajes espectaculares.
El viaje empieza con incidencias: nada menos que 5 horas de retraso! Afortunadamente me avisan por correo electrónico y espero en mi alojamiento y no en la estación. Aparentemente estos retrasos no son raros en los trenes denpasajeros de este país. Canadá tiene muchísimo tráfico de larguísimo s trenes de mercancías y éstos tienen prioridad absoluta ante cualquier desajuste horario. Quién lo diría! Menos mal que no tengo prisa en llegar...
El principal inconveniente del retraso es que salimos casi de noche, por que no puedo disfrutar de todo el rato de paisajes nevados que esperaba. Aún asi, allí están mientras doy cuenta de una opipara cena de salmón salvaje, antes de dormir como un tronco en mi cómoda litera. Me encanta el traqueteo del tren!
El dia amanece soleado, y ya sin nieve más que en las lejanas montañas, atravesamos el verde Canadá rural con sus bonitas granjas y pueblos de madera de colores, hasta divisar los primeros rascacielos del centro comercial de Vancouver.
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